Verde que te quiero verde

Estar en contacto con la naturaleza nos hace más sensibles, conscientes, cercanos, tranquilos, pacientes, en definitiva más humanos.

 Aportar verde a una casa significa frescor, luz, vida, transformación, fascinación (al florecer una planta, al rescatar otra que parecía muerta,...), crecimiento, dinamismo. Todas estas cualidades que afloran en el espacio se contagian a quién lo habita.

Conocer las plantas ayuda a ser más cuidadoso del entorno y por lo tanto, más respetuoso con la naturaleza, con uno mismo y con los demás.

Cuidar de una planta puede ser terapéutico. Nos hace estar atentos, observadores y nos mantiene a expensas de observar como reaccionará con nuestros cuidados. Dando oportunidades a equivocarse y volver a intentarlo. Si encontramos su punto, son muy agradecidas.